El método
Mela Montessori

La maestra/o en la Etapa de Educación Infantil y Primaria debe de ser en todo momento un regulador/a emocional. Lograr exhibir un adecuado manejo emocional es mejor que cualquier explicación, mejor que cualquier pizzarrón o cualquier otro recurso que prescinda de esa calidad humana que sólo ella puede poner de relieve la capacidad de lidiar, modular y regular el enojo, la frustración, la ansiedad, la angustia, el miedo o la tristeza.

La importancia del ambiente preparado, de un conocimiento de los periodos sensibles de los niños y de unos materiales y actividades adecuadas a los intereses, tendencias y ritmos de los niños, va a llevar a la Educación a unos niveles satisfactorios para toda la comunidad escolar y para la sociedad en general.

El desarrollo integral del niño en todas sus facetas, es el deseo de cualquier educadora/o, la educación Montessori, nos ofrece todas las herramientas para guiar al niño en el camino del aprendizaje.

Para poder tener una comprensión profunda de la Educación Montessori y su aplicación a nivel pedagógico y cultural, es necesario conectarse con la filosofía que sostiene el método y los valores propuestos que fundan la práctica pedagógica. La Educación Montessori propone un desafío y oportunidad en los momentos que hoy vivimos como cultura, desafiando un paradigma educativo aún establecido, tan desgastado. Así mismo, el método entrega herramientas prácticas que concretan la filosofía de base, situando la Educación Montessori como una fuente riquísima de sabiduría y oportunidad frente a la crisis que hoy enfrenta la educación.

La base del proyecto de Educación Montessori se pone en el niño, en todas sus fases de edad, una gran confianza y libertad para el aprendizaje dentro de un ambiente preparado, por tanto la labor docente es saber cómo y qué aprendizajes poner al alcance del niño, que satisfaga sus necesidades, intereses y su hambre de aprender.